Ingres (Jean-Auguste-Dominique) fue un gran pintor nacido en 1780 y discípulo de J. L. David, el pintor de la Revolución. En cualquier enciclopedia encontraréis datos y las etapas de su vida artística, o mejor, pictórica. Es considerado uno de los primeros pintores “modernos” y sus obras maestras se encuentran en el Louvre de París. Hasta aquí todo normal. Si vierais alguno de sus cuadros (el “Baño turco”, por ejemplo) enseguida os daríais cuenta de que es un autor renombrado, y del que habréis visto dos o tres cuadros en numerosas ocasiones, tanto en reportajes, libros de arte... Pero ¿qué pinta (nunca mejor dicho) en todo esto el “violín de Ingres”?.
Una interesante leyenda nos cuenta que Ingres estaba más orgulloso de su manera de tocar el violín que de su pintura. Su práctica en el manejo de violín, se hizo más famosa que sus cuadros. De hecho, la frase mi violín de Ingres se ha convertido en una expresión que significa la dedicación a una afición en mayor grado que la ocupación principal de cada persona.
Yo soy ingeniero, bueno, he sido, ya que mi vida activa ya acabó, ocupación principal durante toda mi vida profesional, la cual amenizaba haciendo mis pinitos pintando algunas cosas que algunos llamaban cuadros. Ese era mi violín de Ingres
Al contrario que el pintor original mi segunda actividad es la primera de Ingres. Ahora, ya jubilado, sólo me queda mi violín, y por tanto os iré haciendo llegar, mientras pueda mis composiciones,(en cuadros), que espero que os sirvan para apreciar la belleza que tienen mis modelos, siempre que yo no los estropee.
Nota: Ingres fue mejor pintor y, por supuesto, mejor violinista que yo, pero seguro que yo he sido mejor ingeniero que él.